Agarmex

¿ES POSIBLE TOMAR GOMITAS SALUDABLES? EL AGAR LO PERMITE

Es difícil llegar a pensar que alimentos que tradicionalmente no se han aconsejado tomar de forma habitual puedan llegar a consumirse de forma saludable. 

Un ejemplo son la gran mayoría de las gomitas que se ofrecen en el mercado. Su elaboración conlleva grandes cantidades de aditivos y azúcares, así como gelatina de origen animal. 

Pero ¿Cuál es la manera de consumir este placer malsano de una forma más saludable? Simplemente se trata de conocer y seleccionar los ingredientes que vayan a componer las gomitas. Cada vez son más fabricantes los que están dejando a un lado los aditivos y zumos con azúcar por las frutas. 

Con la gelatina que conforma la gomita pasa exactamente lo mismo. Muchos consumidores que llevan a cabo una dieta libre de origen animal no comen estos dulces por su procedencia de cartílagos y tejidos de animal. Sin embargo, gracias a las propiedades del agar, no requeriríamos ni el uso de tanto azúcar (porque gelifica sin necesitad de este ingrediente) y estaría disponible para veganos, celiacos y todas aquellas personas que siguen la dieta Kosher y Halal. 

Agarmex te ofrece el agar idóneo para la producción de gomitas y muchos otros alimentos. Consúltanos y te ayudaremos. 

¿Cuáles son las principales diferencias entre el agar y el carragenato?

Ambos son hidrocoloides procedentes de las algas rojas que se utilizan como ingredientes en la industria alimentaria. Sin embargo, a pesar de su común procedencia vegetal, podemos ver algunas diferencias entre ambas: 

Primeramente, las especies de las algas de las que procede cada uno son diferentes; mientras el agar proviene de la especie de las algas rojas Gelidium y Gracilaria, el carragenato se extrae de las algas Euchema y Gigartina. 

También encontramos distinciones en la gelificación. A diferencia de otros hidrocoloides el agar se produce por medio de enlaces de hidrógeno entre moléculas de agarosa, sin requerir de otras moléculas para generar el gel. Por otro lado, el carragenato sí que requiera de la ‘ayuda’ extra de otras moléculas, como azucares o sales, para gelificar. Esto hace que su uso pueda alterar el color, sabor u olor de los alimentos en los que se incorpora. 

Sumado a esta propiedad gelificante, debemos mencionar sus disimilitudes en cuanto al poder. Mientras que el agar es capaz de formar geles con concentraciones inferiores al 1% y posee un poder gelificante entre 5 y 8 veces mayor que el resto de los hidrocoloides, lo que permite utilizar menores cantidades de producto llegando al mismo efecto. 

Las texturas que producen cada uno son también diferente. Por un lado, los geles obtenidos a través de agar son siempre fuertes. Sin embargo, el carragenato puede formar 3 tipos de texturas: iota (geles débiles y elásticos), kappa (geles fuertes y rígidos) y lambda (no gelifica y apenas aporta viscosidad). 

En cuanto a su comportamiento con la temperatura, podemos decir que la disolución del carragenato difiere en función de su tipología. Mientras que el tipo kappa e iota se disuelve a partir de los 70º, el lamba es soluble en frío. El agar suele ser soluble cuando alcanza los 100º, excepto aquellos de baja solubilidad que con 65º ya se disuelven. 

Por último, aludir al contenido calórico que tiene el agar, el más bajo de todos los espesantes del mercado.

EL AGAR: UNA MANERA ECOLÓGICA DE CONSERVAR LOS ALIMENTOS

Continuamente se están buscando nuevas alternativas más ecológicas y saludables a la hora de tratar de almacenar los alimentos. Una de las opciones más estudiadas es el uso del agar. 

Este polisacárido se trata de una opción muy interesante al tratarse de un material cuya materia prima es de origen natural, renovable, biodegradable y abundante. 

Algunas de las ventajas que puede tener el agar como alternativa de conservación son: 

  • Reducen la velocidad de descomposición de los alimentos. 
  • No son dañinos para la salud.  
  • Aumentan la vida útil de los alimentos y previenen el crecimiento de algunas bacterias. 
  • Resguardan la textura y previenen la oxidación. 
  • Su consumo es indetectable al tratarse de un polisacárido incoloro e insípido. Su fabricación requiere una tecnología sencilla 

Esto se debe a la naturaleza perecedera de los alimentos, que hace que entren en juego importantes factores a la hora de tratar de aumentar su vida útil. No se trata únicamente de una cuestión económica para la industria alimenticia, sino que el hecho de tener una vida útil demasiado corta resulta ser   un   asunto   que   afecta   de   forma   directa   al   medioambiente: al existir grandes cantidades de alimentos desperdiciados sin consumir y al necesitar aumentar los costes energéticos de conservación. 

En nuestro día a día estamos acostumbrados a la utilización de materiales plásticos y conservantes que logren aumentar (o al menos estabilizar) la vida útil de muchos alimentos. Sin embargo, los consumidores se encuentran cada vez más concientizados con los productos que adquieren en las tiendas y supermercados, y con ello aumenta la preocupación por la calidad y los métodos de conservación utilizados. A esto se suma la inquietud medioambiental de la cual la sociedad ha ido empapándose y que ha logrado el rechazo ante el uso de plásticos y otros materiales dañinos para el medioambiente. 

El agar en las cocinas de estrella Michelin

Durante cuatro siglos, los franceses dominaron la alta cocina, sus recetas se transmitieron de mano en mano y sus libros de cocina se convirtieron en el timón de los futuros chefs. Pero en 2003, todo cambió. Ferrán Adriá acaparó la portada de The New York Times con el titular ‘La Nueva Cocina’ y después de 400 años, el foco de atención se dirigió hacia los fogones de España. 

El agar es parte de esta historia. En la década de los 80, figuras culinarias como Juan Maria Arzac, Martín Berasategui o Ferran Adria comenzaron a desarrollar un nuevo tipo de cocina en busca de una experiencia sensorial completa y una revolución de los procedimientos llevados a cabo hasta el momento. Se reinventaron y mejoraron platos tradicionales y se incorporaron técnicas y sabores de Oriente, África y Japón… Se estudiaron nuevos materiales como el mousse o las esferas, y aparecieron en la cocina elementos antes invisibles, como el nitrógeno líquido, el agar-agar o la goma xantana.  

La entrada del agar-agar en la historia culinaria de España se remonta a 1998 y, como no, por casualidad. Ferran Adria y su equipo acudieron a un restaurante japonés de Barcelona, donde comieron una sopa que contenía los ingredientes gelatinosos del agar-agar, que no se derrite con el calor. Aquí comienza la historia de la gelatina caliente, una de las fuentes culinarias más populares de El Bulli, lo que a primera vista parecía imposible, porque la gelatina tiene la propiedad de ser líquida cuando está caliente y sólida cuando está fría.  

Albert Adria y Oriol Castro, interesados por este descubrimiento, comenzaron a triturar fibras de agar-agar, descubriendo que podía soportar temperaturas de hasta 85 °C y que permitía producir agar caliente. En julio de 1998 se introdujo por primera vez un plato que presentaba gelatina caliente, el sorbete de roquefort con jalea de manzana caliente.  

Pero la relación de Ferrán Adriá con el agar-agar no acabó ahí. El equipo de El Bulli se propuso explorar las posibilidades de la gelatina fría para abrir un abanico de posibilidades. El agar-agar les posibilitó hacer láminas de gelatina que transforman en una nueva «pasta» para sus platos, creando pastas o ravioles con nuevos sabores. 

Desde entonces, el agar-agar se ha convertido en uno de los elementos básicos de las cocinas con estrella Michelin. 

AGAR-AGAR: EL NUEVO ALIADO VEGANO

Uno de los aspectos que más preocupaba a los seguidores del movimiento vegano era lograr que los alimentos de esta línea presentaran la textura compacta y homogénea característica de los productos originales cárnicos. La incorporación del agar en este tipo de recetas ha conquistado el estómago de los consumidores y casi suplantado el aspecto de los embutidos tradicionales. A esto se suma que, debido a sus propiedades incoloras e insípidas, no alteran la receta ni al paladar ni de forma visual.

El movimiento vegano ha crecido enormemente a lo largo de los años por muy diversos motivos: cuestiones de salud, el incremento de conciencia medioambiental que nuestra sociedad ha experimentado, etc. Todos ellos han conseguido que los sustitutivos de alimentos cárnicos y las cifras estimadas de la población mundial que siguen este estilo de vida sigan en aumento.

Uno de los productos estrella que ha causado más sensación en los mercados veganos ha sido el embutido. Desde el calabizo (chorizo veggie a base de calabaza) hasta la morcilla de arroz vegana, pasando por distintas ofertas de salchichón, jamón y mortadela.

De forma general estos alimentos se encuentran elaborados de soja, algunos con clara de huevo (apto solo para vegetarianos) y en ocasiones alubias. Aunque no es muy utilizado, en ocasiones también se pueden sumar ingredientes como la berenjena o la calabaza.

Diferencias entre el agar en polvo, tiras y copos

El agar alimenticio se puede distribuir en diferentes formatos y, aunque el más común es el agar en polvo, también podemos encontrar en el mercado agar en tiras y polvo. 

Cuando el agar se presenta en polvo y copos, estos contienen una mayor cantidad de fibra, puesto que el agar está más concentrado. Es muy común encontrarlo en las cocinas, puesto que no necesita hidratación previa. 

Uno de los factores a tener en cuenta, especialmente entre el polvo y los copos, es el tiempo de cocción, puestos que los copos necesitan hasta 15 minutos, mientras que el polvo solo 2. Además, hay que tener cuidado de no crear grumos cuando se trata de copos. 

En cuando a las tiras, es más común utilizarlas en ensaladas, aunque requiere una elaboración previa, como añadir a remojo durante media hora antes de utilizarlas.

Si tiene alguna duda con el uso del agar, nuestro departamento de atención al cliente, estará encantado de ayudarle.